lunes, 4 de enero de 2010

Diálogos para el recuerdo: La cuadrilla de los once

1960 Comedia. Dir: Lewis Millestone. Guión: George Clayton Jonson y Jack Golden Rusell Música: Nelson Riddle Int: Frank Sinatra, Dean Martin Sammy, Davis Junior, Peter Lawdford.

Cuando en 1960 Lewis Millestone se puso tras las cámaras para dirigir a este grupo de amigos que protagonizaron este film, estoy seguro de que no pensó que esta sencilla historia daría lugar a un remake y a dos secuelas de este mismo. Y es que el punto de partida del film es tan divertido como sencillo.

Objetivo: Las Vegas, Nevada.

Misión: Liberar millones de dólares.

Una vez terminada la guerra, 11 hombres del 132 aerotransportado se disponen a realizar el atraco de cinco casinos en Las Vegas para conseguir continuar con el desenfrenado y alborotado ritmo de vida que lleva cada uno de ellos, por su lado.

¿Y dónde fue a buscar para encontrar a este peculiar grupo de ladrones? Pues nada más y nada menos que al Rat Pack. O como diría su traducción más literal: al Atajo de Ratas. Y es que tras una noche de juerga desenfrenada, Lauren Bacall, al verlos tumbados en el suelo de un parque, sería la encargada de bautizar a este grupo de amigos conocidos principalmente por su pasión por la fiesta descontrolada.

A la cabeza de ellos militaba Frank Sinatra: La Voz, que se meterá en la piel de Danny Ocean para dirigirles en esta particular misión.

A su lado, un inseparable Peter Lawford a quien le caracteriza su tremendo compañerismo, ya que por su condición de niño rico no necesita meterse en este tipo de negocios para sobrevivir.

Se les unirá también Sammy Davis Jr., en el papel de un ex jugador de base ball, venido a menos y discriminado por su condición racial.

Encontraremos también, en un papel bordado para él, a un genial Dean Martín interpretándose a si mismo como un Cornner de Las Vegas venido a menos y un poco asustadizo a la hora de enfrentarse al magnífico imperio de los casinos.

La parte femenina la pondría Angie Dickinson, que aunque separada de Ocean, por no poder soportar una continua vida entre champagne y cabarets, le seguirá siendo fiel y no se dejará influenciar por lenguas viperinas y envidiosas.

Y del otro lado…, del de la ley, un Cesar Romero, nuevo marido de la madre de Lawford que irá cerrando el círculo ante estos peculiares ladrones, aprisionándolos y forzándolos a llegar a un final no deseado para ninguno de ellos.

En fin, una película genial, para recordar otra época, también genial. Y llevada a la pantalla de una forma inigualable por quienes fueron los mejores exponentes de nuestro mundo, en ese lugar y en aquel momento.