
Hoy he pensado, que ya que hemos revisado El silencio de los corderos, uno de los mejores trhillers de la historia del cine, sería adecuado tratar el único film de su género, que en mi opinión, ha sido capaz de, cómo mínimo igualarlo, o incluso superarlo: SE7EN.
Era el año 1995, cuando un semidesconocido David Fincher nos deleitaba con la impresionante historia de la caza de un asesino en serie.
Y digo semidesconocido porque era un director que venía del mundo de los spots publicitarios y los videoclips, y solo había realizado, eso si, magistralmente, la tercera secuela de Alien. Ahora cuenta en su haber con títulos tan geniales como The game, La habitación del pánico o El club de la lucha. Y ya estamos a la espera del próximo estreno de Zódiac, su última producción donde regresará al género policial que le dio en su dia la fama con esta excepcional Se7en.

Gula, Avaricia, Pereza, Lujuria, Soberbia, Envidia e Ira.
Siete pecados, para siete sangrientos días de pasión de un desconocido Brad Pitt, en su primer papel en que mostraba lo buen actor que realmente es capaz de ser. Junto a él, el genial Morgan Freeman, dándole un contrapunto especial de tranquilidad y paciencia a la temperamental y pasional personalidad de Pitt.

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