
En 1994, Quentin Tarantino iba a convertirse en l’Enffant Terrible de Hollywood. Y la culpa de esto la tuvola que hasta ahora está considerada su mejor película tanto por público como por crítica. Hablamos nada más y nada menos que de Pulp Fiction.
Un par de años antes el joven director había estrenado Reservoir dogs, sorprendiendo con ella a todo el mundo y obteniendo los principales galardones del festival de Sundance, de Toronto y de Sitges entre otros muchos.
Tres historias se entrecruzan a lo largo del film, en el que podremos ver mezclarse a matones, camellos, asesinos, drogadictos, mafiosos, sodomitas y gangsters, entre una abundante fauna norteamericana. Dichas historias estaban escritas por el puño y letra del propio Tarantino, y por el de su socio en aquel momento Roger Avary.
Y les otorgarían nada menos que siete nominaciones a los oscars, de las cuales solo conseguirían la estatuilla a mejor guión original. También ganaron la palma de oro en el festival de Cannes y hasta 40 premios más en otros certámenes junto a numerosísimas nominaciones.
Resulta muy curioso que en una película, que reunía nombres tan llamativos como el de John Travolta (resucitado cual ave fénix de sus propias cenizas), Bruce Willis, Uma Thurman, Harvey Keitel o Samuel L. Jackson, el nombre que más sonara fuera el de su director.
Nadie sabe cual es el ingrediente que esconden los films de Tarantino y que los hacen triunfar. Quizás sea, la frescura y originalidad de sus diálogos, o posiblemente la cotidianidad con que hablan sus gangsters. Tal vez sea la dureza de su violencia, o una conjunción de todas las anteriores. El caso es que estas películas gustan.
Un par de años antes el joven director había estrenado Reservoir dogs, sorprendiendo con ella a todo el mundo y obteniendo los principales galardones del festival de Sundance, de Toronto y de Sitges entre otros muchos.
Tres historias se entrecruzan a lo largo del film, en el que podremos ver mezclarse a matones, camellos, asesinos, drogadictos, mafiosos, sodomitas y gangsters, entre una abundante fauna norteamericana. Dichas historias estaban escritas por el puño y letra del propio Tarantino, y por el de su socio en aquel momento Roger Avary.
Y les otorgarían nada menos que siete nominaciones a los oscars, de las cuales solo conseguirían la estatuilla a mejor guión original. También ganaron la palma de oro en el festival de Cannes y hasta 40 premios más en otros certámenes junto a numerosísimas nominaciones.
Resulta muy curioso que en una película, que reunía nombres tan llamativos como el de John Travolta (resucitado cual ave fénix de sus propias cenizas), Bruce Willis, Uma Thurman, Harvey Keitel o Samuel L. Jackson, el nombre que más sonara fuera el de su director.
Nadie sabe cual es el ingrediente que esconden los films de Tarantino y que los hacen triunfar. Quizás sea, la frescura y originalidad de sus diálogos, o posiblemente la cotidianidad con que hablan sus gangsters. Tal vez sea la dureza de su violencia, o una conjunción de todas las anteriores. El caso es que estas películas gustan.

¿Se habrá acabado ya la capacidad de creación de este genio? O por el contrario, ¿podremos volver a ver obras tan geniales como la que nos ocupa hoy? Estas respuestas solo él mismo las sabe. Tengamos fe…
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