Diálogos para el recuerdo: El planeta de los simios

Una expedición espacial. Un viaje en el tiempo. Una travesia, de tres astronautas. Tres hombres claramente definidos: Un científico, un héroe y un solitario. ¿Su destino? Posiblemente una de las mayores sorpresas de la historia del cine.
Estamos ante una de las mejores y más profundas aventuras dentro del género de la ciencia ficción, y posiblemente dentro delséptimo arte. Basada en la novela de Pierre Boulle, El planeta de los simios nos narrará la aventura de estos tres hombres, que llegarán a un misterioso planeta que ha sido objeto de una proceso de involución: El ser humano, se ha convertido en un animal, que ni habla ni razona, para ser dominado, totalmente, por un grupo de simios notablemente desarrollados, que abusan de su poder, subyugando violentamente, al fantasma de lo que en su día fue el hombre.
Franklin J. Scaffner, el director de cintas tan interesantes como Patton, Los niños del Brasil, Papillón o El señor de la guerra, se podría tras las cámaras para dirigir esta fábula que hizo reflexionar en su momento a toda la sociedad de una época.
Y es que éste, es el tipo de film que dignifica el género de la ciencia ficción, haciendo al espectador reflexionar al ver al hombre maltratado como un animal; al poner ante los ojos del público un beso interracial tan impactante como el de Tylor y la Dra. Zira; al ser testigo de un juicio totalmente injusto en el que el acusado no puede ni tan siquiera mediar palabra; al presenciar a un hombre desquiciado, cansado de su vida anterior y de los desequilibrios del hombre, que recuperará su fe en la especie humana encontrando el amor en una preciosa e inocente criatura.
En la interpretación sobresale un nombre notablemente, y ese es el de Charlton Heston. Para mi, uno de sus mejores papeles, sin lugar a dudas. Además hay que destacar que participó en la segunda parte sin ni siquiera cobrar, por la fe que tenia en el proyecto. Y es que se llegaron a estrenar hasta cinco entregas y una serie para televisión. También hay que nombrar los papeles de Roddy McDowell, Kim Hunter y Maurice Evans, que invertían muchísimo tiempo cada día en perfeccionar su maquillaje para que pareciera lo más real posible, y con el cual, se veían obligados a comer usando pajitas y palillos chinos con el fin de no estropearlo. Ah, y el de la bellísima Linda Harrison.

En fin, una superproducción de Arthur P. Jackobs, que seguirá haciendo disfrutar al espectador como el día de su estreno y que desde aquí, desde Primera Plana queremos recomendar fervorosamente a todo el público. Es por esto, por lo que no os desvelaremos su inquietante final…