martes, 13 de mayo de 2008

Elegy

2008, Drama. Dir: Isabel Coixet Guión: Nicholas Meyer Música: Varios. Int: Ben Kingsley, Penelope Cruz, Deborah Harry, Dennis Hopper.
Como su propio nombre indica, estamos ante un poema triste. Un poema que habla de la vida, de las angustias del ser humano, de las relaciones tortuosas, de los complejos y de los prejuicios.
Resulta curioso pensar que una mujer haya sido capaz de transmitir tan bien los sentimientos de muchos hombres. Quizás la clave de esto sea que la película se basa de la novela de Philip Roth, The dying animal.
Jugando a convertirse en un Woody Allen serio, Isabel Coixet nos cuenta una historia en la que un maduro profesor de universidad (Ben Kingsley), inteligente y culto, inicia una relación sentimental con una atractiva y joven alumna (Penélope Cruz). Dicha historia irá evolucionando al mismo tiempo que la relación, que pasará por distintas etapas, al igual que la mayoría de las relaciones, pero con el agravante de una diferencia de edad de 30 años.
En el film, caben temas como la amistad, que tiene el profesor con su amigo poeta, que acaba haciendo las veces de confesor; las relaciones paterno-filiales, bastante tortuosas en este caso, con un hijo que aun no perdona a su padre su temprano abandono; el adulterio, mal llevado por una celosa mujer incapaz de dar nada más a su pareja que puro sexo; el miedo a la vejez y la falta de madurez encarnadas en un personaje que se resiste a actuar como correspondería a una persona de su edad; la belleza, que como anuncia el cartel del film, está en los ojos de quien la mira; y sobre todo el amor, un amor intenso y sincero que como todo buen amor acabará siendo tortuoso a causa de la insignificancia y la simpleza humana.
Pese a ser excesivamente poético, y a perder quizás demasiado tiempo en planos que aportan más bien poco, el film resulta muy interesante, y consigue sin lugar a dudas hacer al espectador sentirse atraído por él, y seducido por sus personajes.
Una historia tan bonita como triste. Historia que os recomiendo, sinceramente, a todos.

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