lunes, 1 de octubre de 2007

Diálogos para el recuerdo: Dos hombres y un destino

1969, Western. Dir: George Roy Hill. Guión: William Goldman. Música: Burt Bacharach. Interpretación: Paul Newman, Robert Redford, Katherine Ross...
Para hablar de las buddy movies, o películas de compañeros, he decidido echar mano de filmoteca para recordar este genial clásico de George Roy Hill. Sé que no es la primera de las películas con dos protagonistas que realizan un viaje, pero sin duda es una de las más especiales.
Ganadora de cuatro Oscars la cinta agradó muchísimo tanto a público como a crítica. Y llegó a tal punto que tendría una precuela posterior, conocida como Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance Kidd.
En Dos hombres y un destino, Butch y Sundance son dos atracadores de bancos y asaltadores de trenes que enmarcan sus aventuras en el lejano oeste. Juntos recorrerán toda América a lo largo y a lo ancho en busca del precioso metal y al mismo tiempo, huyendo de la policía.
Newman y Redford, dos sex symbols en auge en aquel momento, se reunían para co-protagonizar una de las más famosas aventuras de la historia del cine. El contrapunto femenino lo pondría de una forma excelente Katherine Ross en el papel de la novia de Sundance.
Pero tendría que ser George Roy Hill, quien reuniera pocos años después otra vez a Newman y a Redford, para co-protagonizar de nuevo otra historia, diferente a ésta, pero no por ello menos atractiva. Hablo de El Golpe, por supuesto.
Tan famosa como la película sería su canción principal, Raindrops keep faling on my head, que oímos en este momento y que ha sido versionada hasta la saciedad.
Son numerosos los momentos a destacar dentro de Dos hombres y un destino. Entre ellos podemos destacar los tres que hoy estamos recordando aquí:
- En primer lugar la pelea que se provoca al querer desplazar a Butch de su puesto de jefe dentro de la banda. Problema que el personaje soluciona con una enorme facilidad.
- Otra secuencia genial es la del salto al río huyendo de la policía. Es tremendo poder escuchar a alguien tan duro como Sundance admitiendo que no sabe nadar.
- Y para terminar la que escucharemos ahora, ese final tan mítico como inolvidable, en el que los dos ladrones planean su huida a Australia en busca de una nueva vida mejor que la que han llevado hasta ese día.
Ahhh, y no me olvido del paseo en bicicleta…

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