Diálogos para el recuerdo: Muerte entre las flores

1990, Policiaco. Dirección y guión: Joel y Ethan Coen. Música: Carter Burwell. Int: Gabriel Byrne, Marcia Gay Harden, Albert Finney, Joe Polito.

Corría el año 1990, cuando dos hermanos, Joel y Ethan, más conocidos como los Coen, se ponían tras las cámaras y llevaban a la gran pantalla una historia de gangsters a la antigua usanza, Muerte entre las flores.

Cuando la vi por primera vez me sorprendió gratamente. Casi nadie, por aquel entonces, había oído hablar de estos dos socios y colaboradores, que alcanzarían la fama con sus posteriores producciones. Entre ellas, podríamos destacar Barton Fink, Oh Brother, El gran Lebowsky, la nominada a los Oscar Fargo, o su ópera prima, Sangre fácil que les abriría las puertas al éxito, desde ese magnífico trampolín que es, en Estados Unidos, el cine independiente.

La historia nos presenta una trama al más puro estilo Dashiel Hammet o Raymond Chandler, en la cual un hombre juega las cartas a su favor en medio de una ciudad dividida por una guerra entre bandas de origen italiano e irlandés. El motivo, un judío, tramposo y estafador que hace de punto de inflexión entre los intereses de los dos capos de las bandas, en este film que con seguridad pasará a la historia.

Papel importante encuentran en la obra la amistad, la violencia, el juego, la traición, la corrupción, el miedo… e incluso, hay espacio en ella para el amor.

Un jovencísimo Gabriel Byrne en el papel de Tom Reagan, nos mostrara las pinceladas del gran actor que puede llegar a ser. Junto a él, Albert Finney y la recientemente ganadora de un Oscar, Marcia Gay Harden, se dejan ver junto a un elenco de personajes que desde aquí se harán ya, habituales, en las producciones de los hermanos Coen: con Steve Buscemi a la cabeza, Jon Polito, Frances MacDormand y el genial John Turturro en el papel del Trapero, Bernie Bernbaum.

El diálogo que escucharemos, es el que abre el film. Toda una disertación sobre la ética, que lleva al personaje de Johnny Caspar a descubrir que es el judío Bernie Bernbaum quien está filtrando la información de sus combates de boxeo, amañándolos así, y fastidiándole al tiempo, su negocio. Éste será el punto de inflexión que dará lugar al enfrentamiento, eje principal del film.