El Garaje Hermético

Guión y dibujo: Moebius.

Genial obra de este fantástico creador visual que es Moebius.

Cuando El Garaje Hermético de Jerry Cornelius cae en tus manos no puedes dejar de tener una sensación bastante confusa. A medida que vas leyendo, la historia se complica, aparecen diferentes personajes, nuevos mundos y esto te crea un matiz de inquietud por si quizás te estás perdiendo dentro de esta mega historia. Este hecho puede que sea lo único que se le puede echar en cara al autor. Y es que Moebius, parece que iba creando el guión de la historia a medida que lo dibujaba.
Pero no, poco a todo va adquiriendo su forma y retomando su camino, en la medida de lo posible, ya que se trata de una historia tan increíble como surrealista.
En ella se nos cuenta el enfrentamiento entre el Mayor Grubert y Jerry Cornelius por el dominio del planetoide creado por el Mayor. En juego entrarán el ingeniero Barnier que ha destruido la nave cablera, el Arquero Enmascarado que lo protege, Sper Gossi, el Bakalita… todo un elenco de personajes que conformarán el núcleo del argumento de este cómic del cual quizás hayan de destacarse otros aspectos a parte del cuento que nos transmite. Por ejemplo, la peculiar narración de la historia que lleva a cabo el autor, dado que se publicó por entregas dentro de la revista Pilote; la fantástica imaginaria visual que acompaña la historia; también su ingenio a la hora de titular cada uno de los capítulos; por no hablar del humor que vemos en toda la obra y concretamente en lo caótico de los resúmenes de lo publicado; y ya para terminar, sin lugar a dudas, destacaremos por encima de todo la creación de mundos visuales, tan habituales en la obra de este autor único en su género y que nunca dejan de fascinar a quien suscribe estas lineas.
En fin, una obra excepcional que sirve las veces de antesala a otros cómics de Moebius tan recomendables o más aun que este mismo, como ahora los siete álbumes de El Incal, escritos por Alejandro Jodorowsky, o la genial historia The long tomorrow firmada por puño y letra de Dan O’Bannon.