2004. Drama/Comedia. Dirección y guión: Woody Allen. Intérpretes: Radha Mitchell, Michael J. Farina, Chivetel Ejofor y Will Ferrer.
En esta producción del 2004, Woody Allen nos plantea como una historia con la mayoría de ingredientes en común puede ser al mismo tiempo cómica y dramática. Me parece que el director se ha planteado realizar un experimento fílmico narrando dos historias en paralelo, con un mismo punto de partida y dos puntos finales totalmente diferentes.
La premisa inicial nos cuenta como una joven, en ambos casos Melinda, irrumpe por sorpresa en medio de la noche en una cena de amigos. Ambas mujeres presentarán a los comensales sus dos caóticas vidas y pedirán ayuda con el fin de salir de sus montañas de problemas.
En ambas historias volveremos a ver la película que Woody Allen lleva rodando desde que en 1977 dirigiese Annie Hall. Relaciones de grupo y de pareja, adulterio, talentos frustrados, problemas en el mundo del cine, pasados oscuros, muertes, psiquiatras, abuso de los barbitúricos… Toda una serie de elementos que se vienen repitiendo a lo largo de la carrera del cineasta, y que vuelven a aparecer en esta cinta.
Lo que resulta más curioso, es como dos historias tan semejantes, casi podríamos decir parejas, tienen contenidos tan distintos y pueden llevar a resultados tan radicalmente opuestos. Podríamos decir, que le veo semejanza con una cita popular que me gusta recordar en situaciones dramáticas con el fin de quitar tensión a los problemas. Y es que para mi, no hay nada más cierto que el hecho de que “la tragedia, con el paso del tiempo, acaba convirtiéndose en comedia”. Los hechos que a lo largo de nuestra vida, en el momento de producirse nos parecieron dramáticos, con el paso del tiempo acaban resultándonos de lo más divertidos al recordarlos en solitario o en grupo. Una prueba más de la sencillez de la vida humana y de cómo en muchas ocasiones las personas nos complicamos la vida por asuntos que con el tiempo nos parecerán de lo más cómicos. La película por su parte fuera del ejercicio del que he hablado, no es nada del otro mundo. Sus intérpretes son casi desconocidos, y solamente me gustaría destacar a las dos Melindas interpretadas ambas por Radha Mitchell y a sus partenaires masculinos, el pianista melancólico y el vecino enamorado, interpretados respectivamente por Chivetel Ejofor y Will Ferrer.
Hay que destacar que al mezclar constantemente la comedia y la tragedia, no se acaba de entrar de lleno en ninguno de los dos géneros. Lo cual nos muestra las dos historias de una forma más tenue y diluida a lo largo de toda la cinta.
Pero hay que reconocerle el mérito del ejercicio a su realizador, ya que con cuatro pinceladas simples, siempre es capaz de presentarnos interesantes historias en las que vale la pena invertir una tarde.
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2 comentarios:
També jo crec que en ambdues històries la tragèdia i la comèdia es barregen de tal manera que les dues històries tenen pinzellades d'ambdues, com la vida mateix és veritat ,però, per això, crec que la trama de la pel·lícula fracassa ja que cap dels dos contadors d'històries aconsegueix el seu objectiu, l'un de crear un drama i l'altre una comèdia.Bebi
A mi al seu moment no m'agradà. Com que la vaig veure en unes condicions d'esgotament elevades, li dec una segona oportunitat. Així i tot, pel que recorde, recolze completament el certer apunt de la meua germaneta.
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