El mayor galardón dentro del campo de la dirección tiene este año a fuertes competidores dispuestos a pelear por él. Encontramos una interesante combinación de directores veteranos y jóvenes promesas que nos asegura una ardua disputa hasta el momento en que se otorgue la estatuilla.Tony Gilroy por Michael Clayton.
En su debut como director, no podía haber empezado mejor. Este reputado guionista, de films tan interesantes como Pactar con el diablo, Eclipse total: Dolores Claiborne o las tres entregas de la aventuras del desmemoriado agente Jason Bourne, se ha puesto al frente de esta historia de abogados al mas puro estilo de los films de los 70 de Allan J. Pakula o Sidney Lummet.La historia ya os la hemos contado un par de veces, así que simplemente os diré que Michael Clayton es un excelente film que se cuela en todas las categorías principales y que premia así al meritorio trabajo que ha realizado su equipo, al frente del cual tenemos como cabeza visible a Tony Gilroy, su guionista y director.
Julian Schanbel por La escafandra y la mariposa.
Este reputado director, guionista, productor, etc…, obtiene su primera nominación a los oscars con La escafandra y la mariposa.Anteriormente había dirigido otros dos films, Basquiat, la biografía del pintor y Antes que anochezca, el biopic de Reinaldo Arenas por el que Javier Bardem obtuvo su primera nominación a los oscars.
Con La escafandra y la mariposa se nos narra la emotiva historia de Jean-Dominique Bauby redactor jefe de la revista Elle, que tras sufrir una embolia solo podía comunicarse mediante el parpadeo de un ojo. Pese a esto logró escribir un libro apasionante.
Una historia emotiva que le da la opción a su director de obtener la estatuilla a mejor director.
Jason Reitman por Juno.
Obtiene también su primera nominación al galardón de mejor director, con esta divertida historia.Anteriormente únicamente ha dirigido Gracias por fumar, y algunos productos para televisión.
Su película está triunfando en el circuito independiente, sobretodo en el aspecto de la interpretación y del guión. Pero esto no nos ha de hacer olvidar la labor de su director, un casi podríamos decir novato, que ha entrado por la puerta grande en el mundo de Hollywood.
Joel y Ethan Coen por No es país para viejos.
Estos dos hermanos de Minessotta, no necesitan presentación. Cosechan numerosas nominaciones a los oscars este año con su película No es país para viejos, pero no son nuevos en la ceremonia. Obtuvieron nominación por su guión de Oh Brother, y con su film Fargo optaban a siete nominaciones, de las que obtuvieron dos estatuillas, a guión y a interpretación femenina.
En su filmografía caben films tan geniales como Sangre fácil, Muerte entre las flores, Burton Fink o El gran Lebowsky.
Con No es país para viejos adaptan una novela del premio pullitzer Cormack McCarthy. Y en ella nos narran una triple persecución en la que encontramos como punto de inflexión al personaje de Anthon Chigurn. Un asesino magistralmente interpretado por Javier Bradem que encuentra en su interpretación la mejor baza para darle intensidad al film.
Paul Thomas Anderson por Pozos de ambición (There will be blood).
Este californiano opta al galardón más preciado en el mundo del cine con su quinto film. Anderson ha sido siempre un director admirado dentro de la industria, de los que se incluirían en la generación de las jóvenes promesas americanas.
Su carrera nos ha dejado films aclamados tanto por el público, como por la crítica como Boggie nigths o Magnólia.
Con Pozos de ambición nos enfrentamos a una historia épica, de las de antes. En ella veremos el ascenso en el mundo del petróleo de un hombre egoísta, a lo largo de un camino lleno de luchas y asperezas.
Estamos ante, una obra brillante que le abre a su director las puertas hacia el camino de la fama y que le deja en una posición inmejorable de cara a conseguir su premio.
Estos dos hermanos de Minessotta, no necesitan presentación. Cosechan numerosas nominaciones a los oscars este año con su película No es país para viejos, pero no son nuevos en la ceremonia. Obtuvieron nominación por su guión de Oh Brother, y con su film Fargo optaban a siete nominaciones, de las que obtuvieron dos estatuillas, a guión y a interpretación femenina.En su filmografía caben films tan geniales como Sangre fácil, Muerte entre las flores, Burton Fink o El gran Lebowsky.
Con No es país para viejos adaptan una novela del premio pullitzer Cormack McCarthy. Y en ella nos narran una triple persecución en la que encontramos como punto de inflexión al personaje de Anthon Chigurn. Un asesino magistralmente interpretado por Javier Bradem que encuentra en su interpretación la mejor baza para darle intensidad al film.
Paul Thomas Anderson por Pozos de ambición (There will be blood).
Este californiano opta al galardón más preciado en el mundo del cine con su quinto film. Anderson ha sido siempre un director admirado dentro de la industria, de los que se incluirían en la generación de las jóvenes promesas americanas.Su carrera nos ha dejado films aclamados tanto por el público, como por la crítica como Boggie nigths o Magnólia.
Con Pozos de ambición nos enfrentamos a una historia épica, de las de antes. En ella veremos el ascenso en el mundo del petróleo de un hombre egoísta, a lo largo de un camino lleno de luchas y asperezas.
Estamos ante, una obra brillante que le abre a su director las puertas hacia el camino de la fama y que le deja en una posición inmejorable de cara a conseguir su premio.





Su reputación le precede. En todos sus films realiza trabajos excepcionales, y para ratificar esto, nos sirve simplemente con nombrar obras como El último Mohicano, La edad de la inocencia o The Boxer. Ahora bien, recientemente parece enfrentado a la industria cinematográfica. En diez años solo ha protagonizado tres films, y dedica la principal parte de su tiempo a trabajar como zapatero.
El papel del asesino Anton Chigurh, es realmente inquietante. Pero a mi no se me iba de la cabeza que era Javier Bardem. Estoy seguro que me hubiera impresionado más si se tratara de otro actor que no fuera tan conocido. Luego, Tommy Lee Jones está correcto en su papel de viejo sheriff cansado, pero el personaje de Josh Brolin me parece que está un poco desaprovechado. Más aun viendo como, en los pocos minutos que tiene el actor en American gangster, consigue un efecto impresionante de repulsión y odio en el espectador. Puede que parte de la culpa la tenga la voz que le han puesto en el doblaje (me parece que es la de Brad Pitt), que no le pega nada.

¿A que conclusión nos lleva esto? Pues a que los Óscars cada vez están más institucionalizados. Me da la impresión de que siempre debe colarse entre las favoritas un film de bajo presupuesto, afín al circuito independiente, que narre una historia interesante. Que por otra parte suele hacerse con el premio a mejor guión original. El año pasado fue Pequeña Miss Sunshine, y en otras ocasiones hemos visto obras como Lost in translation, El indomable Will Huntting o incluso Pulp Fiction. No os parece curioso que Denzell Washington y Halle Berry ganasen el Óscar a mejor interpretación el mismo año que se le coincidió el galardón honorífico a Sidney Poittier. O que Chicago ganara su Óscar cuando le dieron el premio de honor a Norman Jewison, director de dos de los musicales más famosos de la historia como son West side story o Sonrisas y lágrimas.
Junto a él, encontraremos la más amplia gama de freaks que se han podido unir en una película. Walter, el veterano de Vietnam, capaz de sacar una pistola en la bolera por el incumplimiento de una norma y que saca todas las cosas de quicio. Donnie, su compañero del equipo de bolos, ausente durante todo el film en el que solo aporta su juego. El gran Lebowski, un millonario paralítico que resultará ser un farsante incapaz de acabar el mes con su asignación monetaria. Maude, la hija de Lebowski, pareja del nota y artista conceptual feminista. Además, Nihilistas, Secuestradores, Actores, Actrices y Directores Porno, Detectives Privados, Matones, Niños que roban coches y gastan dinero en deportivos y el protagonista de nuestro diálogo de hoy: Jesus Quintana. Un ex pederasta metido a jugador de bolos que muestra toda su fanfarronería en un solo minuto del film. Un personaje tan genial como breve que hizo que John Turturro, viviera el momento de gloria más grande en su carrera cinematográfica.
Sin más os dejamos con él para en seguida volver y seguir hablando de los Coen y de El gran Lebowski.
Su director John Carpenter es el genio de la serie B. Un director que fue capaz de rodar su primer film, Estrella Ocscura (Dark star) en una lavandería moderna a modo de nave espacial. Y con esto me parece que ya está todo dicho. Hay que resaltar que es un director un poco maltratado por algún sector de la crítica y del público, pero yo pienso que si lleva ya más de treinta años haciendo cine y todavía no se ha hundido, algo bueno tendrá. Y es que en sus films, Carpenter homenajea a geniales creadores, como Howard Hawks y hace películas de géneros olvidados como el western de forma encubierta. Y de este modo, en su filmografía hay obras tan grandes e inolvidables, como Asalto a la comisaria del distrito 13, La niebla, Christine, o La noche de Halloween, que ha sido una de las protagonistas de nuestro programa de hoy, o La cosa, con la que ya nos acercamos al final de nuestro tiempo.

Scorsesse realizó el film que todo el mundo pensaba iba a otorgarle su merecido oscar a mejor director, pero en su camino se interpuso Bailando con lobos, del debutante Kevin Costner que acabaría por dejarle sin su estatuilla. Y es más, tendría que esperar nada menos que 17 años, hasta el año pasado, para recoger su premio con Infiltrados después de un gran número de obras geniales y de las consiguientes decepciones.
Por el otro lado, por el de detrás de las cámaras encontramos a Clint Eastwood. El genial director que también vivía un momento dulce. Acababa de obtener su Óscar con Sin perdón, la cual le consagraría como director dentro de Hollywood, a pesar de que en su carrera ya había títulos tan geniales como Infierno de cobardes, El jinete pálido Bird, o Cazador Blanco Corazón negro.
